Examen Cutáneo

En un curso formativo que brindé a colegas que realizan asistencia domiciliaria, comenté la importancia de valorar ciertos aspectos. Durante el abordaje, la escasez de tiempo o las condiciones que se presentan en el consultorio, nos limita la exploración física y la comprensión de problemática que padece el paciente de una forma integral. Por eso, en modo de recomendación, propuse que en esos casos cuando el tratamiento no demanda una exigencia o la necesidad de estar pendiente de la actividad en cuestión, se tomaran el tiempo de examinar al paciente en un enfoque más amplio. Si bien, no cambia en muchas ocasiones la realidad de la patología, por lo general empezamos a comprender de una forma integral las consecuencias de una lesión aparente o una condición patológica.

En el caso de un examen cutáneo, la importancia de la exploración física radica en dos puntos. Primero, en la comprensión de los mecanismos que producen el dolor o la lesión. Esto es necesario a la hora de proponer un tratamiento eficaz. Por otro lado, es valorar sobre la condición clínica la cual puede resultar en una contraindicación para el abordaje propuesto.

A través de la palpación de la piel, percibimos las zonas dolorosas. Esto podrá suministrar signos objetivos de alteraciones del trofismo o del sistema nervioso. Es de relevancia indagar al paciente sobre el tipo y característica del dolor, debido a que esta información es de vital importancia para reconocer afección o lesión. El paciente puede referir una sensación de quemazón al tacto en zonas celulalgias, calambres en haces musculares endurecidos, puntos dolorosos de nervios raquídeos irritados o algias tenoperiósticas sobrevendrá con la presión o fricción de los tendones.

Por otro lado, se debe investigar: la temperatura local, el tono muscular, la presencia de adherencia, la retracción de las fascias y el tejido cicatricial.

Las lesiones cutáneas elementales se clasifican en primarias y secundarias. Las primarias son las que aparecen sobre la piel sana, y las secundarias son consecuencias de una agresión a la piel o propia de la evolución de la lesión primaria. Por otra parte, al conjunto de lesiones elementales se las llama erupciones y se dividen en: monomorfas y polimorfas. Las monomorfas son aquellas que se presentan de igual forma y las polimorfas son múltiples tipos de lesiones, como las que se presentan: en el acné, escabiosis, varicela, etc.

Lesiones primarias:

  • Mácula y Mancha: Prácticamente son cambios de coloración que se presentan a nivel superficial de la piel. Si el área de la misma es menor a 1cm se la denomina mácula y si es mayor a 1 cm se define como mancha.
  • Pápula o placa: La pápula o placa son elevaciones de la piel y se definen igual que en el caso anterior, por su área, si es menor a un centímetro se considera pápula y si es mayor, se lo considera placa.
  • Nódulo: Es una lesión más profunda y a la vez es más palpable que las anteriores, si presenta elevación se la considera exofítica y endofítica en el caso que se mantenga sin señales en la superficie de la piel.
  • Vesícula/ampolla/flictena: Son lesiones con contenido líquido, cuando son menor a 1 cm se las denomina “vesícula”, “ampolla” si es mayor de 1 cm , y “flictena” a lesiones mayores a 5 cm.
  • Habón: Es lo que comúnmente se conoce como roncha y la característica principales de este tipo de lesión es que su permanencia en el cuerpo no supera las 24 hs, en el caso de seguir presente, se trataría de otro tipo de lesión o reacción.
  • Quiste: Por lo general se presenta en áreas sebáceas. Son elevaciones conformadas por una cápsula y bien definidas.
  • Pústulas: son lesiones con contenido líquido, en este caso pus.

 

Lesiones secundarias

  • Escama: Dentro de los más frecuentes destacamos las siguientes:
      • seborreica o cérea, de consistencia untuosa y amarillenta. (Dermatitis seborreica)
      • psoriasiforme o micácea: se presentan grandes y de coloración plateada y grisácea. (Psoriasis)
  • Fisura: No hay pérdida de sustancia, solución de continuidad.
  • Erosión: Se pierde el tejido en la epidermis, pero no pasa la membrana basal así que no presenta cicatrización.
  • Úlcera: Es profunda, llega a la dermis y hay pérdida de sustancia, con lo que requiere un proceso de cicatrización.
  • Liquenificación: Es una lesión secundaria que se da por rascado crónico y produce engrosamiento de la piel, se observa por lo general en pliegues.

 

Dentro de la semiología cutánea, tenemos algunos fenómenos o signos característicos que nos dan la etiología de la enfermedad o nos definen la lesión.

  • Fenómeno de Koebner: Aparición de lesiones propias de una dermatosis en la zona de traumatismo. Presente en: Psoriasis, Vitiligo, Liquen plano, Verrugas y Molusco.
  • Fenómeno de Nicolsky: Desplazamiento cutáneo tras presión tangencial sobre la piel normal. Presente en: Pénfigo vulgar, Necrólisis epidérmica tóxica, Síndrome estafilocócico de piel escamada e impétigo ampolloso.
  • Darier: Habón tras rascado de una lesión patognomónica de mastocitosis. Diferente del dermografismo, debido a que este último ocurre en la piel sana.
  • Patergia: Pústula tras traumatismo de la piel. Típico del pioderma gangrenoso, síndrome de Sweet y enfermedad de Behcet. Diferente de Koebner, debido a que este último aparece sobre la piel sana la enfermedad de base.

 

El conjunto de maniobras que compone la exploración física o la evaluación kinésica por lo general se limitan a valorar la pérdida funcional o limitación del movimiento, teniendo en cuenta las estructuras que componen el cuerpo. Si implementamos un examen cutáneo como desarrollamos en este texto, a la hora de proponer un tratamiento, incluiríamos cierto criterio relevante sobre la salud actual del paciente.

Lic. Sebastián P. Galleano

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Prof. Lic. Galleano Sebastián

Prof. Lic. Galleano Sebastián

Actualmente realizo asistencia y consultoría de forma particular a niños, adolescentes y adultos.

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