Envejecimiento Activo

¿Cuántas veces a la semana te ejercitas tal vez una, dos o ninguna?. Recuerden que todo lo que hagamos con nuestro cuerpo hoy repercutirá en los futuros años sea para bien o para mal, sobre todo en la tercera edad. Entonces, ¿Qué es actividad física?, ¿Es lo mismo qué el ejercicio físico?, muchas veces nos confundimos pensando que la actividad física es lo mismo que un ejercicio físico. Hay una diferencia grande, se podría decir, que la actividad física es cualquier movimiento corporal que es realizado por los músculos esqueléticos del cuerpo, donde involucra un gasto de energía, como juntar las hojas que caen en la vereda, encerar el auto o la casa. Estas acciones se definen como: AVD, actividades de la vida diaria. La diferencia en el ejercicio físico es el propósito. Debe existir una intención de mejorar algunas de las capacidades físicas del ser humano como: la flexibilidad, la velocidad, la resistencia o la fuerza. Los adultos mayores comienzan a tener un desgaste propio de la edad, sus huesos por ejemplo van perdiendo calcio, especialmente las mujeres en etapa de menopausia. Por otra parte, los hombres que han hecho ejercicios durante muchísimos años en su juventud, tal vez desgastaron sus articulaciones y ahora están en una etapa de sedentarismo. Ser sedentario no es lo mismo que la inactividad física. El sedentarismo, es la no realización de ejercicio físico durante 30 minutos, por lo menos tres días a la semana. Una persona activa tiene que realizar ejercicios cinco días a la semana, por lo menos 30 minutos. Entonces, si tal vez no realizamos durante cinco días a la semana al menos 30 minutos de ejercicios, estamos cayendo en la inactividad física. En el adulto mayor hay una serie de cambios biológicos, físicos, psicológicos y sociales. La organización mundial de la salud en el año 1959, en un documento llamado: aspectos de la salud pública en los ancianos, describe la importancia de comprender el declive de estas capacidades, para poder ayudar a tener una mejor calidad de vida. También se menciona en ese artículo, que la mejor forma de medir la salud de los adultos mayores, es a través de la funcionalidad. Son funcionales o independientes cuando se pueden valer por sí mismos.

Los beneficios del ejercicio físico en el adulto mayor son: mejorar el autocuidado; ayudar a la integración del esquema corporal; favorecer la integración intergeneracional y social; prevenir lesiones y caídas; mejorar la coordinación y equilibrio; propiciar la calidad de sueño; disminuir los trastornos de insomnio, ansiedad, estrés y depresión. Estos beneficios engloban un concepto que se conoce como envejecimiento activo. Es una condición ideal en la evolución y el crecimiento de un individuo en sociedad.

Para finalizar, es importante considerar otro aspecto del ejercicio físico en un adulto mayor. Muchas veces, incluso nosotros, pecamos en no realizar un precalentamiento previo al ejercicio físico. Esto puede ocasionar lesiones graves a nivel articular o muscular, que en un anciano, puede significar pérdida de independencia, y en muchos casos, caer en una condición de fragilidad.

Lic. Sebastián Pablo Galleano

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